En la sala 42 del Museo de El Cairo apenas a un par de metros de la famosa estatua de diorita de Kefrén se encuentra la Estela del Inventario. Se trata de una pieza de caliza blanca de unos 65 centímetros de altura y 40 de ancho. Posiblemente pertenezca a la dinastía XXVI aunque hace alusión a las reparaciones que se hicieron en un edificio sagrado de la meseta de Gizeh por orden de Keops en la IV dinastía.Esta estela fue descubierta por Auguste Mariette durante las excavaciones que llevó a cabo entre septiembre de 1853 hasta 1858 en el pequeño templo de Isis, al este de la Gran Pirámide y construido por Psamético.
Una importante prueba en contra de la autoría de Keops la constituye la
Estela del Inventario, descubierta por el fundador del museo del Cairo,
el francés Auguste Mariette , en la cual el mismo Keops indica que la
Pirámide ya estaba allí desde mucho tiempo atrás y que él se limitó a
restaurarla y a construir una de las pequeñas pirámides que se
encuentran junto a la Gran Pirámide, la de una de sus mujeres, Henutsen.
Los egiptólogos desdeñan esta prueba y la consideran una falsificación
hecha por sacerdotes posteriores para deslegitimar a los gobernantes de
la cuarta dinastía. También esta estela hace referencia a la existencia
de la Esfinge desde mucho tiempo antes, lo que corroboran algunas
dataciones geológicas que la sitúan varios miles de años antes de la
aparición de Kefrén, su supuesto constructor.Además, otro elemento que
hace dudar de Keops como autor es el hecho de que lo único que se
conserva del mismo es una pequeña estatuilla. Si no fuera por la
atribución que se le hace de la Gran Pirámide este faraón hubiera pasado
inadvertido.Las incongruencias con la historia comúnmente aceptada
surgen con la “Estela del Inventario” hallada junto a la Gran Pirámide
por Auguste Mariette.
“¡Que viva el Horus-Medyed rey del Alto y Bajo Egipto, Jufu, dotado de
vida!, él encontró el Templo de Isis, Señora de las Pirámides, al lado
del Templo de Hurun, en el noroeste del Templo de Osiris, Señor de
Rosetau. Él construyó su pirámide al lado del templo de esta diosa y
construyó la pirámide de la hija real Henutsen, al lado de este templo “
Aquí se desprende que Jufu (Keops) hizo construir su pirámide junto a
la Esfinge, la casa de Isis, habla también de la esfinge como la Diosa
de la pirámide, por lo que se deduce que ambas, la Gran pirámide y la
esfinge ya existían antes de Keops, y éste construyo otra pirámide que
no es la Gran Pirámide. Esta estela es una de las más polémicas de la
egiptología, se la atribuye a la XXI dinastía, aunque los expertos
barajan la posibilidad de que sea posterior. Sus afirmaciones dan un
vuelco a las actuales teorías sobre el conjunto arquitectónico de Giza,
aunque se trata de un texto tan críptico que caben varias interpretación
El historiador árabe Al Makrizi (1364 dC – 1442 dC) recopiló todo el
material existente hasta la fecha sobre las pirámides. Así habla del
soberano egipcio que las erigió, Saurid, para guardar todo el
conocimiento ante una gran catástrofe que se avecinaba, el Gran Diluvio.
Lo que parece claro es que tanto la Esfinge como el templo que se halla
a sus pies se construyeron a la vez, y este templo parece estar
orientado al culto solar (su puesta y salida) y de ahí su orientación
hacia poniente.
La esfinge se ha visto atacada por los elementos desde su construcción,
primero por las continuas y regulares crecidas del Nilo a lo largo de
los siglos, el viento y los brutales cambios de temperatura entre el día
y la noche; todos ellos han ido destruyendo poco a poco el monumento,
cebándose sobre todo en la cabeza por permanecer altanera por encima de
la superficie. La primera restauración fue realizada por los propios
Egipcios durante el imperio Nuevo, y otras más tarde durante la época
Ptolemaica. Sin embargo, el grado y tipo de erosión que ha sufrido junto
con otras construcciones adyacentes no se corresponde con lo que
debería ser lo normal en 4.000 años.
De acuerdo con varios estudios, la erosión que soporta la Esfinge es
debida al agua más que a cualquier otra causa. Se ha formulado la
hipótesis de que esas aguas fueran subterráneas, aunque no se han
observado los mismos efectos en monumentos cercanos, salvo en el Templo
Funerario ubicado a los pies de la pirámide de Kefrén, pero 46 m. más
elevado que la esfinge. Por tanto la única fuente de agua que erosionó
ambas construcciones tuvo que ser externa, y para conseguir el efecto
que se observa las dos debieron permanecer bajo el agua al menos 600
años.
¿Y cuándo ocurrió una avenida de agua que durase 600 años y alcanzara
tal altura?, pues tras la última glaciación, 15.000 años antes de
Cristo…
0 comentarios:
Publicar un comentario